El establecimiento de un huerto en una residencia de ancianos puede proporcionar numerosos beneficios tanto físicos como emocionales para los residentes. A continuación, se presentan algunos de los beneficios más destacados: Terapia ocupacional: El huerto brinda a los residentes una actividad significativa y gratificante. Participar en la siembra, cuidado y cosecha de las plantas puede ayudar a mantener sus habilidades motoras y cognitivas, proporcionando una terapia ocupacional beneficiosa. Estimulación sensorial: La jardinería estimula los sentidos de los ancianos, permitiéndoles sentir la textura del suelo, oler las flores y las hierbas, ver los colores vibrantes de las plantas y escuchar los sonidos de la naturaleza. Esta estimulación sensorial puede mejorar su estado de ánimo y bienestar general. Actividad física: Trabajar en el huerto implica una serie de actividades físicas suaves, como cavar, plantar, regar y cosechar. Estas actividades promueven la movilidad, fortalecen